lunes, 16 de febrero de 2009

Algo está pasando


Una vez leí una simple frase, nada filosófica desde mi punto de vista, pero que me dejó un mensaje de vida único: "Soy gran creyente en la suerte, y he descubierto que mientras más duro trabajo, más suerte tengo".

Esta frase, con mucho sarcasmo de por medio, pertenece a Stephen Leacock, un escritor canadiense que falleció 41 años antes de que yo naciera (1985). Nunca leí un libro de su autoría, mucho menos me interesó otro de sus tantos pensamientos. Mas esa frase me dejó una lección: En la vida, la suerte existe, pero sólo existe si te esfuerzas por ser mejor.

Este post no tiene nada que ver con literatura ni estilos de vida, sino con fútbol. Entonces se preguntará, ¿qué tiene que ver esta introducción con el fútbol? Pues nada... Por eso mismo inicio un nuevo post con esto, porque "LA SUERTE" en "LA VIDA" sólo existe si "UNO TRABAJA EN ELLA", y por ende, "LA SUERTE" en "EL FÚTBOL" existe si "UNO TRABAJA MÁS". ¿Entendió? Lo explico más claro: La suerte es una creencia, una superstición. Punto final.

Me apena tanto escuchar a alguien decir que "la suerte lo ayudó a conseguir algo", pero por sobretodo me molesta cuando alguien justifica sus errores al decir que "la suerte no estuvo de mi lado".

¿Un equipo de fútbol necesita de suerte para ganar? Hasta lo que yo sabía, un equipo de fútbol ganaba por su buena preparación en la semana, por las virtudes de sus jugadores, por el sistema táctico planteado por su director técnico, y por último, ganaba por los errores del rival. Pero, ¿ganar por la suerte? Definitivamente hay algo que no me cuadra. Para mí, en el fútbol, la suerte aparece si se entrena bien. Es decir, mientras más duro entrenas y practicas, más suerte tendrás.

El partido del domingo entre Espoli y Barcelona, desarrollado en Latacunga, me dejaron muchas ideas encontradas. En primer lugar, apenas prendí el televisor, observé un gran espacio de graderías vacías. En voz alta, para mi, dije: "¿En qué canal era el partido? ¿No era en el Teleamazonas? Este debe ser otro partido". Pero al instante, el comentarista decía que en unos segundos saltarían a la cancha Barcelona y Espoli. Quedé perplejo. La resaca del día anterior (que se juntó con la madrugada de ese domingo) se me quitó. Fue la primera vez en muchos años que observaba una tribuna tan vacía. Y ojo, no esperaba que estuviera llena de hinchas amarillos, sino de gente que "quisiera ver al ídolo del Ecuador". Saquen sus conclusiones...

Luego me sorprendió que Benito Floro apostara por la misma combinación por el sector derecho del equipo, con el lento, inseguro y nervioso Gregory González, más arriba con Fernando Hidalgo, que es más empeño y voluntad que desbordador y talentoso con el balón, y Narciso Mina, que hasta el momento no deja nada para analizar. Contrario a eso, el lado izquierdo daba índices de mejoría, con un Óscar Bagui laborioso para marcar, aunque nada provechoso para atacar; con un Giovanny Nazareno que siente esa labor defensiva y ofensiva a la vez; y con un Julio Angulo movedizo, interesante, un buen aporte a futuro. En punta, nuevamente, poco, casi nada, y no porque Pablo Palacios no funcione, sino porque sufre de soledad anunciada. Pero igual, con una leve (pequeñísima, diminuta, casi imperceptible) mejoría, perdimos, Al final, eso cuenta.

Pero ayer, en uno de los pasajes del partido, sentí que estaba viendo al Barcelona 2008 de Ever Hugo Almeida, con un lateral derecho reventando el balón al área. Es verdad, no me aburrí como los otros partidos que jugamos este año, pero sí tuve un retroceso conceptual que me alarmó. No pido el cargo del entrenador ni de los dirigentes, sino franqueza. Miren lo que tenemos y analicen bien las cosas. Nunca compartiré el concepto futbolístico de Floro porque estoy seguro que no es el sistema de Barcelona, pero más seguro estoy que este proceso es un parche, y más me molesta que emocionen a muchachos que han sido maltratados desde siempre. Sean sinceros y no mientan más. Lo que tenemos en Barcelona son jóvenes jugadores, pero no juveniles, y muchos de ellos vienen descuidados en muchos aspectos.

Barcelona nunca tuvo una buena cantera, eso lo reconocemos, pero ¿por qué vendieron la idea de que subieron 10 juveniles al equipo? Jorge Pinos (19 años, cumplirá 20), Gilbert Quiñónez (21 años, cumplirá 22) y Lenín Poroso (18 años, cumplirá 19) ya estuvieron con la primera plantilla del club. Por otro lado está el "contratado" Andrés "Belleza" Mendoza, que viene de la Academia Alfaro Moreno. Sobre este jugador, pregunto: ¿Es tan bueno como dicen algunos dirigentes? Me sorprende mucho porque viniendo de la escuela del "Beto", un tipo que no es un principiante, que tiene muchos contactos en el extranjero, ¿no habrá pensado en ponerlo en algún club del exterior? Raro, ¿verdad?

Mientras tanto, Yhonder Barreno (21 años), Vinicio Angulo (20) y Gregory González (21 años) ya no son juveniles. Por ende, los únicos que cumplen esa normativa son Edison Valdivieso (19 años y está desde los 15 en Barcelona), Julio Angulo (18 años) y Dennis Quiñónez (16 años).

De los contratados, Wilson Folleco viene del Club Imbabura, y Juan Luis Anangonó, que tiene 19 años, era de la cantera del club, pero, ¡oh sorpresa!, el año pasado, cuando el muchacho pedía un aumento de sueldo, los dirigentes no quisieron, y no renovaron contrato con el jugador, quien se fue prestado por Barcelona a River Plate de la segunda categoría. Pero un buen torneo Sub 20 lo regresó al club donde se formó. ¿Cuánto habrá costado ese nuevo contrato? Pero cuando le dije a un dirigente del club que tenían que hablar con Anangonó y renovarle la ficha, me respondió: "Hay muchos mejores que él".

Es verdad, repito algunas de las ideas de otros blogs, pero es que es la única forma de explicar lo que sucede. Además, nadie sale a decir lo contrario. No es necesario entender mucho de fútbol. Hay que ser analítico, interpretativo y objetivo para decir que este proceso, no es tal. Saben que la hinchada no presionará a sus juveniles, y por eso "venden" esta idea. No obstante, algunos sabemos que no son "nuestros juveniles", y por eso pedimos cambios.

¿No era más sincero decir que apostaban a que de verdad estos jugadores fueran una "mina de oro" en la cancha para no contratar más jugadores? Ahora, con dos puntos de nueve, es decir, un 22% de efectividad (algo parecida a la campaña de Floro en Japón), YA SE ESCUCHA de la posible llegada de tres extranjeros. ¿Será verdad? ¿Dónde quedará González con la llegada de Folleco? ¿Jugará "Sombrita" Hurtado o José Luis Perlaza? ¿Edison Valdiviezo seguirá cuando se recupere Carlos Hidalgo? ¿Será volante Giovanny Nazareno o bajará a jugar de lateral cuando lleguen los extranjeros? ¿Julio Angulo será el sub-19? Con un atacante extranjero más, ¿tendrá chances Vinicio Angulo? En realidad sólo son teorías, suposiciones, pero esta historia del "cementerio de juveniles", creo que ya la viví...

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